El Museo Mineralógico de Copiapó, dependiente de la Universidad de Atacama, corresponde a la mayor colección mineralógica y de mejor calidad de todo el país; y probablemente se encuentre entre las más interesantes de Sudamérica. Con un origen en el año 1846, la colección ha sorteado con éxito el pasar del tiempo, enfrentándose a múltiples eventos como incendios, terremotos e inundaciones que no han mermado la calidad de las muestras que allí se exhiben.
La necesidad de crear un Museo Mineralógico en la ciudad de Copiapó fue hecho presente en 5 de junio de 1846 en la Comisión del Gremio de Minería por el abogado Sr. Vicente Quesada, miembro de la junta, con el propósito de recolectar ejemplares minerales de Chañarcillo y todas las minas de atacama, con el objeto de salvaguardar el patrimonio mineralógico de la región y generar un espacio de recreo para la comunidad.
El Mineralógico ya en el año 1864 contaba con alrededor 3.000 muestras provenientes casi en su totalidad de la Región de Atacama, todas ellas coleccionadas por el Rector de la Escuela de Minas, Don José Antonio Carvajal y su maestro, el ilustre sabio polaco, Don Ignacio Domeyko (Rojas, 1929). Posteriormente se adquirieron en Alemania, unos 1.000 ejemplares europeos gracias a los fondos entregados por la Junta de Minería. Adicionalmente se adquieren una cantidad indeterminada de muestras de la prestigiosa casa de compra y venta de minerales Krantz.
La apreciable colección se completaba, con un atractivo muestrario de minerales del famoso yacimiento de Chañarcillo, obsequiado por Don Víctor Manuel Igualt – hijo de español avecindado en Copiapó Don Baltazar Igualt Segovia, dueño de la Mina Colorada – unas 600 muestras de rocas; unos 100 modelos de formas cristalográficas y una variedad más de minerales, cuya descripción es desconocida. Esta colección tomó tal renombre, que traspasó las fronteras nacionales, para pasar a constituirse en la colección más completa de esta América del Sur.
Para 1876, a parte de la cantidad de minerales antes mencionada, la colección incluía 568 muestras para el estudio de la geología, un centenar de cristalografía y 765 de minerales de plata pertenecientes a la Junta de Minería, pasando a ser la mayor de Chile y probablemente, la mejor de América (Rojas, 1929; Reyes, 1957). Tal fue su renombre que el liceo junto con su colección fue invitado a participar de la Exposición Internacional realizada en Santiago en 1875, para lo cual se envió un décimo de esta, la cual fue exhibida en finos estantes, propiedad de la Junta de Minería (que en su época costaron más de $4.000), los días jueves en la tarde; esto fue suficiente para ser ganadores del premio de primera clase de la exposición (Rojas, 1929).
El continuo aporte de la comunidad hizo crecer día a día el número de muestras y la belleza de la colección, como por ejemplo la donación que don Eduardo Campusano agradece a don Belisario Grellet en carta fechada el 29 de mayo de 19061.
Señor Don Belisario Grellet
Presente
Nº. 32. – Copiapó, 29 de Mayo de 1906
Por conducto del señor Enrique Ravenna, empleado de este establecimiento, he recibido una hermosa muestra de mica que Ud. ha tenido a bien obsequiar al Liceo.
Ruégole aceptar mis agradecimientos por este valioso donativo que servirá de base para la nueva colección que he iniciado desde algún tiempo atrás.
Saluda a Ud. muy atentamente
Eduardo Campusano
Con el pasar del tiempo, se multiplican la cantidad y calidad de las muestras. Así, en el año 1907, el Director del Colegio de Minería Don Casimiro Domeyko – hijo de Ignacio Domeyko – informaba al gobierno central en la persona del Sr. Ministro: “la importancia inmensa del Museo Mineralógico sigue aumentando”, y agrega “se han recibido ciento cuarenta interesantes muestras de cristales naturales, enviadas como canje, por el Sr. Director del Museo Imperial de Viena” (Guarachi, 1957). Una de las últimas grandes donaciones fue hecha en 1925, cuando el rector del Liceo de Hombres, don Emilio Muñoz Mena recibe unas 800 muestras mineralógicas (Rojas, 1929).
Hacia adelante se hace vaga la información, hasta el incendio de 1929, cuando este Museo Mineralógico alcanzaba su más alto nivel.
Efectivamente, un día de enero de 1929, mientras las muestras minerales se habían sacado de sus estantes para ubicarlas provisoriamente en el Salón de Actos de la Institución, un incendio de acción muy acelerada, transformó en ruinas el internado, sala de motores, salas de clases y gran parte de la colección de minerales.
En enero de 1929 a las 3:00am, habiendo sido sacadas las muestras minerales para colocarlas provisoriamente en el salón de actos del edificio antiguo de la escuela, un voraz incendio afectó a este último lugar, así como también al internado, sala de máquinas y varias otras dependencias (Guarachi, 1957). Aunque nunca se supo con exactitud el foco del incendio, se decía que este habría sido intencional y con el objetivo de ocultar el robo de valiosas muestras, las cuales fueron finalmente dadas por perdidas (Alegría, 2004).
Afortunadamente, bajo la dirección de don Hugo Torres Cereceda, La Escuela de Minas reinicia la colección y para 1932, el museo contaba con unas 4.000 muestras nacionales y extranjeras, y para mediados del siglo XX ascendía a 10.000 ejemplares aproximadamente (Guarachi, 1957) y luego 15.500 ejemplares en 1979. Aunque estas cifras no son exactas ya que la colección ha sido víctima de varios robos de piezas de oro y plata a lo largo de su existencia, como el de 1970, donde carabineros, a pesar de dar con el paradero de los ladrones, no pudo recuperarlas ya que habían sido fundidas (Alegría, 2004).
Mark Chance Bandy2 visitó la colección en 1935 (Keller, 1983), quien tuvo opiniones encontradas respecto de la calidad, valor y orden de esta (cuando la visitó había llovido la semana anterior y las muestras estaban húmedas y tapadas). Quedó maravillado con una muestra de proustita o “gotas de sangre de Jesús” el cual tenía 10 cm de ancho y cerca de 7.5 cm de alto y que según su apreciación era de un altísimo valor. Así también destaca la colección de meteoritos, en especial un ejemplar de con una gran cantidad de cristales de olivino amarillo de hasta un centímetro de largo inmersos en una matriz de hierro (Pallacita de Imilac). Sin embargo, extrañó que no hubiesen minerales de los alrededores de Copiapó como la nantoquita, chilenita, domeykita, algodonita, huantajayasita, caracolita, etc entre varios otros minerales que Domeyko había descrito.
A principios de la década de los 80’s, 2065 muestras de la colección fueron trasladadas a las actuales dependencias ubicadas en el centro de Copiapó, en Colipí esquina Rodríguez y estas fueron inauguradas el 07 de diciembre de 1980, por iniciativa conjunta de los Intendentes Regionales, Sr. Arturo Álvarez Sgolia (1974 – 1978) y Sr. Jaime Núñez Cabrera (1978 – 1981), el Rector de la Universidad Técnica del Estado (Actual Universidad de Santiago), Sr. Eugenio Reyes Tastets y el Vice-Rector de la Sede Copiapó, Sr. Vicente Rodríguez Bull. Se asigna al Sr. Gabriel Erazo Fernández como Director del Museo Mineralógico y dentro de su equipo se encuentra el Sr. Luis Campos Valencia y Sr. José Peña Pérez.
El resto de la colección permanece en el campus central de la Universidad de Atacama; se estima que esta colección se compone alrededor de 9000 muestras de diferentes partes del mundo.
El 1 de mayo de 1992 se asigna al Sr. Hernán Quezada Liberona como conservador mineralógico, cargo que mantuvo hasta su deceso en 2006, posteriormente el Sr. Luis Campos Valencia pasa a ser el encargado de la colección del edificio ubicado en Colipi s/n esquina Rodríguez. Durante este periodo se realizó el primer registro del cual se tiene información, es un registro en papel manuscrito de las muestras que se encuentran en exhibición.
El año 2011 el Sr. Luis Campos Valencia Jubila y deja de ser parte de la Universidad de Atacama, razón por la cual el 17 de febrero del mismo año se asigna al Sr. José Peña Pérez como encargado del Museo Mineralógico.
A partir del 7 de noviembre del año 2014, la Universidad de Atacama en la administración del Rector Dr. Celso Arias Mora, transfiere la administración del Museo Mineralógico tanto de su colección como también de sus dependencias al Departamento de Geología, se asignándose al Geólogo Sr. Gustavo Miranda Díaz como Coordinador.
El primer objetivo de esta nueva administración es validar la colección completa, realizar un catastro real de las muestras que posee el museo, como también realizar todo lo necesario para que este cuente con todos los estándares propuestos por la Dibam (Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos de Chile), y el ICOM (International Council of Museum).
Las copiosas lluvias registradas en el valle del Copiapó entre el 23 al 25 de marzo del 2015, generaron la mayor inundación registrada a la fecha en la ciudad. Parte de los flujos de agua y lodo que corrieron por gran parte de las calles de Copiapó alcanzaron las dependencias del museo, atravesando la reja de acceso, rompiendo las mamparas de vidrio e inundando con aproximadamente 60 cm de agua todo el primer piso del museo. De la colección, sólo las muestras de meteoritos se vieron parcialmente afectadas ya que todas las demás en ese nivel se encuentran dispuestas en vitrinas de 100 cm de altura.
Desde entonces la exhibición se encuentra cerrada al público.
Por Sr. Miguel Cáceres Munizaga y Equipo Museo Mineralógico